Thursday, May 17, 2018

Si dicen que el número de muertos de Gaza fue "desproporcionado", ¿cuántos israelíes tendrían que morir por el bien de la simetría? - Eric H. Yoffie - Haaretz



El número de muertos en Gaza me dejó tambaleante. Muchos de los muertos eran inocentes, algunos eran casi unos niños. Cada muerte fue trágica, desgarrando el corazón.

Y las preguntas tenían que hacerse: ¿Quién tenía la culpa? ¿Israel fue el culpable? ¿Había actuado el ejército israelí descuidadamente, disparando apresuradamente contra multitudes de manifestantes civiles indefensos? O, lo que es peor, ¿fueron los asesinatos un acto intencional de crueldad, destinados a dar una lección al odiado enemigo de Hamas?

Para algunos, las respuestas fueron fáciles.

Eddie Glaude Jr., profesor de religión en Princeton,  dijo el lunes en MSNBC que lo único importante es que "todos esos niños [N.P.: en realidad adolescentes entre 14 y 16 años, y uno de ellos miembro de la Yihad Islámica] están muertos". A la afirmación de que Hamas estaba utilizando a esos niños muertos como herramientas en su lucha política, ofreció estas palabras: "Es como decirles a los niños en la Marcha de los Niños en Birmingham: es su culpa que Bull Connor los ataque".

¿Disculpe?

¿Realmente un profesor de religión de Princeton afirma que los líderes de Hamas, conocidos por sus asesinatos al por mayor, sus crueldades casuales, su antisemitismo obsesivo y su tortuoso uso del terror, son de alguna manera comparables con el liderazgo del movimiento de los derechos civiles estadounidense?

¿Y la necesidad de Israel de no ser invadida por enormes y enojadas masas de manifestantes y terroristas incrustados es el equivalente al deseo de Bull Connor de perpetuar la segregación permanente entre blancos y negros en Estados Unidos? ¿Y las oraciones de los líderes de los derechos civiles de que sus hijos no sean heridos son equivalentes al deseo de los líderes de Hamas de que sus hijos sean heridos o asesinados?

Michelle Goldberg, del New York Times, reconoció de pasada posibles motivos para culpar a Hamas. Pero ella más o menos descartó tales afirmaciones y señaló "la violencia desproporcionada del ejército israelí".

John Cassidy, escribiendo en The New Yorker, usó un lenguaje similar, señalando que "el recuento de bajas fue enormemente asimétrico".

De nuevo: ¿Disculpen?

Los cargos de desproporcionalidad se encuentran entre los más comunes contra Israel en su larga lucha contra Hamas y se encuentran entre los más irritantes.

¿Están Goldberg y Cassidy sugiriendo que si hubiera más muertos israelíes, por ejemplo decenas de cadáveres judíos esparcidos por el desierto en el sur de Israel, entonces las acciones de Israel serían aceptables, o al menos más fácilmente perdonada? Si no se establece directamente, eso es lo que aparece implícito. 

Tal cosa podría suceder con bastante facilidad, por supuesto. Si se dañara y traspasara la valla, y un solo terrorista llegara a una de las ciudades o kibbutz que durante mucho tiempo han sido los objetivos de los cohetes y túneles de Hamas, las cuotas de muerte de Israel y Hamas podrían "equilibrarse rápidamente".

Pero Israel no sacrificará una sola vida en estas ciudades o asentamientos sin luchar. Los israelíes tampoco permitirán que un soldado o civil israelí sea secuestrado sin hacer todo lo posible por detenerlo.

Es por eso que Israel hará lo que deba hacer para repeler a estas turbas, y es una obscenidad moral que Goldberg y Cassidy propongan que debería hacer lo contrario. Y si Goldberg y Cassidy fueran residentes de un pueblo o kibbutz cercano a Gaza, demandarían rápidamente, al igual que los residentes actuales, que los militares de Israel se esfuerzen en protegerles.

Debo señalar que como un judío liberal estadounidense, soy un fan de Goldberg y Cassidy, sin mencionar que soy un espectador habitual de MSNBC. Y entonces me encontré preguntándome si mis simpatías por Israel habían sesgado mi pensamiento. Después de todo, todos podemos ser víctimas de nuestras camisas de fuerza ideológicas, y el profesor Glaude tenía razón sobre una cosa: unos niños habían muerto. Y minimizar estas muertes es inaceptable para mí, como estadounidense y judío.

Por lo tanto, examiné detenidamente la cuestión de si el ejército de Israel tenía medios alternativos disponibles para contener a los manifestantes. Múltiples comentaristas han argumentado que los métodos de inmovilización no letales hubieran sido suficientes y hubieran reducido en gran medida el número de muertos.

Pero este argumento me parece más un deseo que una realidad. Las reglas de enfrentamiento no eran un secreto. Israel es un país pequeño, su ejército es un ejército popular y sus preparativos para las manifestaciones del 13 de mayo fueron ampliamente divulgados en los medios de comunicación.

Lo que se aprende de la revisión de este material es que entre 40,000 y 50,000 manifestantes muy determinados - el número en el punto álgido de la protesta - no pueden contenerse con mangueras de agua o con medios convencionales de control de multitudes.

Todos los informes indican que el entrenamiento de Israel de sus soldados fue intenso, se detallaron las instrucciones y los oficiales con experiencia estuvieron al mando. Disparar a matar no fue el primer recurso sino el último recurso absoluto.

Sin embargo, si se hubiera descartado recurrir a la fuerza letal, es probable que una ruptura de la valla por parte de miles de manifestantes fuera inevitable. Y el resultado habría sido el caos, el terror y el bloqueo de todo el sur de Israel. Ningún gobierno israelí, de derecha o de izquierda, podría tolerar tal resultado.

¿Esto significa que Israel es intachable? De ningún modo. La miseria en Gaza ha alcanzado niveles intolerables, y aunque Israel no es el único responsable, de hecho ni siquiera el villano principal, debe compartir la responsabilidad con los demás por el sufrimiento de sus vecinos.

En 2007, el Cuarteto - Rusia, las Naciones Unidas, la Unión Europea y los Estados Unidos -  estableció las condiciones para normalizar el estatus político de Hamas y para seguir adelante con un plan para proporcionar apoyo internacional a los residentes de Gaza. Estas condiciones incluían un compromiso de Hamas con la no violencia, el reconocimiento de Israel y el apoyo a tratados y obligaciones internacionales anteriores relacionados con el Medio Oriente.

Hamas se negó entonces, y se niega ahora, a cumplir con estas condiciones. Es este rechazo, y no las acciones de Israel, lo que aísla a Hamas y lo convierte en un grupo terrorista y un proscrito internacional.

A todo lo anterior debe agregarse su constante enemistad con Egipto y la Autoridad Palestina y su redireccionamiento de la ayuda humanitaria para fines militares. Y el resultado es la crisis humanitaria que ha hecho que la vida en la Franja sea insoportable para todos, excepto para una minúscula élite.

Israel no puede resolver estos problemas sólo, y la política de resolverlos es complicada.

Israel preferiría ayudar a los residentes de Gaza sin fortalecer las manos de Hamas. Pero no es práctico ni moral ignorar la difícil situación de casi 2 millones de personas en su frontera sur, que es principalmente lo que ha hecho hasta ahora. 

Así que ahora es un buen momento para que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu , quien está disfrutando del brillo de sus recientes triunfos diplomáticos, presente un plan israelí para aliviar el sufrimiento que Hamas ha infligido a los residentes de Gaza.

Ahora podría ser un buen momento para que Israel se acerque a Estados Unidos, Arabia Saudita y el mundo sunita en busca de ayuda para implementar dicho plan. Y ahora podría ser un buen momento para que Bibi Netanyahu aproveche las ideas propuestas por sus propios miembros del gabinete, como la construcción de una isla artificial cerca de la costa de Gaza, para mejorar la economía de Gaza.

No habrá cura mágica o solución inmediata. Pero Israel debería tomar la iniciativa y comenzar a moverse de inmediato. Hacer lo contrario es enviar el mensaje de que Israel es indiferente a la situación abismal de los residentes de Gaza.

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