Saturday, October 14, 2017

¿Que el asesino que mató a cincuenta personas en Las Vegas no era musulmán? ¡Qué alivio! - Ben-Dror Yemini - Ynet



Un suspiro de alivio se escuchó la semana pasada desde el New York Times a muchos otros periódicos y medios de comunicación de todo el mundo, incluso de Israel, acompañado por un gran desprecio hacia la derecha política: ¡Él (asesino) no es musulmán! Guau. Resulta que el terrible asesinato de cincuenta personas en Las Vegas fue cometido "solamente" por un loco, Stephen Paddock, y es que no es preciso ser un yihadista para llevar a cabo una masacre sin piedad.

Demasiadas personas están ocupadas disculpándose todo el tiempo, y saltaron con entusiasmo cuando la parte "no musulmana" pareció ostensible. Aquí está su prueba de que los musulmanes no tienen nada que ver con las masacres. Tienen razón. Pero su alegría burlona revela algo mucho más profundo. Están heridos de ceguera. Son gente que brinca de alegría cuando un "no musulmán" lleva a cabo una masacre, mientras que por lo general se mantienen callados cuando "un musulmán real" lleva a cabo una de las habituales masacres. La realidad debe ser vista tal como es, sin gafas de "derechas o izquierdas" que impidan no sólo la visión sino también el pensamiento.

En primer lugar, cada mes durante los últimos años, 1.000-2.000 personas han sido asesinadas por organizaciones de la yihad. No son víctimas de la guerra. Estos son sólo, exclusivamente, actos de terror. La mayoría de ellos ni siquiera son reportados por los medios occidentales porque realmente no es interesante que tres o cinco, o docenas de personas, hayan sido asesinadas en Nigeria, Somalia, Afganistán o Pakistán. Hace sólo unas semanas, dos mujeres musulmanas llevaron a cabo un atentado suicida en un mercado atestado cerca de un campo de refugiados en Nigeria. Todas las víctimas eran musulmanas. El número de informes en los medios occidentales fue cercano a cero.

En segundo lugar, en ciertos momentos de la historia, el cristianismo fue mucho más asesino que el Islam, e incluso si el Islam se esfuerza mucho, no llegará a las atrocidades cometidas, por ejemplo, en las Cruzadas. Hubo una masacre sin piedad contra comunidades judías enteras. Las sinagogas fueron incendiadas con gente dentro de ellas. En la Guerra de los Treinta Años, como parte de una sangrienta batalla entre facciones cristianas rivales, los cristianos se masacraron en grandes cantidades, haciendo que la batalla entre chiíes y sunitas parezca juegos de niños. La cosa es que el cristianismo se ha desmarcado de la industria de la muerte. Y el Islam está lejos de rehabilitarse.

En tercer lugar, al igual que la mayoría de las víctimas de la antigua violencia cristiana fueron en gran parte cristianos, la mayoría de las víctimas de los musulmanes de hoy en día - la mayoría absoluta - también son musulmanes. Los ataques terroristas en Occidente son sólo un pequeño porcentaje del terrorismo diario que sufren los musulmanes: la mayoría absoluta de las 21.245 personas asesinadas en el 2016 eran musulmanas. El ataque terrorista más serio en Occidente tuvo lugar en Niza, cuando un camión fue deliberadamente conducido para atropellar a multitud de personas que celebraban el Día de la Bastilla.

En cuarto lugar, con todo el respeto indebido al loco de Las Vegas, debemos recordar las palabras escritas por un musulmán valiente, Abdulrahman al-Rashed, el ex redactor jefe de Asharq al-Awsat: "Es un hecho cierto que no todos los musulmanes son terroristas, pero es igualmente cierto que casi todos los terroristas son musulmanes". Lo escribió en 2004. Desde entonces, las cosas sólo han empeorado.

En quinto lugar, muchos musulmanes conocen probablemente que donde quiera que el islam radical toma la delantera - ya sea en las comunidades occidentales o en los países musulmanes - el resultado inevitable es la destrucción, la opresión y la ruina. El problema no es sólo el terrorismo. Es también la opresión de las mujeres y el separatismo lo que está dejando atrás a los musulmanes. Los valientes entre ellos lanzan una batalla abierta, pero las fuerzas de progreso occidentales generalmente les dan la espalda. Si se niegan a participar en la campaña de odio contra Occidente o contra el sionismo, son indignos de apoyo.

Dudo que hubiera una sola persona seria de derechas que expresara su decepción al enterarse de que el asesino de Las Vegas no fuera musulmán. Pero está perfectamente claro que el suspiro de alivio emitido por algunos de los portavoces de la izquierda apunta a algo mucho más serio. Porque cuando cantidades masivas de capital sigue fluyendo de Arabia Saudí y Qatar para financiar mezquitas e imanes radicales, cuando numerosos intelectuales de las fuerzas del progreso proporcionan explicaciones y justificaciones para la yihad - si no simpatizan inclusive con Hamas y Hezbollah - y cuando el apoyo de los musulmanes a la yihad o a la imposición de las leyes de la sharia sigue creciendo, tanto en los estados musulmanes como en Occidente, la yihad puede seguir confiando en la estupidez de las fuerzas de progreso occidentales. Siempre estarán ahí para diferenciar a la gente. Siempre estarán ahí para decir que no existe ningún problema.

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