Sunday, October 23, 2016

Una excavación revela el campo de batalla donde los romanos lograron violar el muro de Jerusalén hace 2.000 años - Jewish Press




Piedras con las que se bombardeo la torre de los guardias judíos

Una emocionante evidencia de la ruptura del tercer muro que rodeaba a Jerusalén al final del período del Segundo Templo fue descubierto el pasado invierno en el centro de la ciudad. El descubrimiento fue realizado por una excavación arqueológica de la Autoridad de Antigüedades de Israel (IAA) llevado a cabo en el lugar en que está programado construir el nuevo campus de la Academia Bezalel de Arte y Diseño. En el transcurso de la excavación, los arqueólogos descubrieron los restos de una torre que sobresalía del muro de la ciudad. Frente a la fachada occidental de la torre se encontraron decenas de ballestas y de piedras que los romanos habían disparado desde catapultas contra los guardias judíos estacionados en la parte superior de la torre.

Según los doctores Rina Avner y Kfir Arbib, los directores de excavación en nombre de la IAA, "este es un testimonio fascinante del intenso bombardeo llevado a cabo por el ejército romano dirigido por Tito, en su camino hacia la conquista de la ciudad y la destrucción del Segundo Templo. El bombardeo fue pensado para atacar a los centinelas que custodiaban el muro y dar cobertura a las fuerzas romanas para que pudieran acercarse al muro con arietes y con ello penetrar en las defensas de la ciudad".

El historiador Josefo, un testigo de la guerra, proporcionó muchos detalles acerca de este muro. Según él, fue diseñado para proteger al nuevo barrio de la ciudad que se había desarrollado fuera de sus límites, al norte de los otros dos muros de la ciudad ya existentes. Ese barrio fue llamado Beit Zeita. La construcción del tercer muro fue comenzada por el rey Agripa I, sin embargo suspendió su construcción a fin de no incurrir en la ira del emperador Claudio y así disipar cualquier duda en cuanto a su lealtad. La construcción del tercer muro se reanudó unas dos décadas después por los defensores de Jerusalén, como parte de la fortificación de la ciudad y como parte de los preparativos de los rebeldes judíos para la gran revuelta contra Roma.

Josefo describe en detalle el trazado del muro, que se iniciaba en la torre Hippicus, que ahora se identifica con la Ciudadela de David. Desde allí continuó por la pared norte hasta la enorme torre Psephinus, que defendía la esquina noroeste de la muralla de la ciudad. En ese momento, el muro giraba hacia el este y descendía hacia la tumba de la reina Helena, que se identifica con el lugar conocido como las tumbas de los reyes.

Parece que el nuevo descubrimiento ha resuelto un debate entre los investigadores que se remonta a principios del siglo XX, y es referente a la ubicación del tercer muro y a la cuestión de los límites de Jerusalén en vísperas del ataque romano dirigido por Tito. De acuerdo con esta excavación, ahora tenemos la prueba de la existencia del muro en esa zona.

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