Saturday, October 22, 2016

Los críticos de Netanyahu han descubierto la "villa en la selva" - Sever Plocker - Ynet


El líder de B'Tselem en la ONU

Siempre he estado en contra de la ocupación y a favor de salir de los territorios, preferentemente por consentimiento. Sin embargo, existe un abismo entre oponerse a la ocupación y la participación de los representantes de B'Tselem en una sesión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre los asentamientos. Ese no era el momento ni el lugar para dicha participación. No contribuye a sus objetivos humanísticos y morales. Y les provoca daños importantes a ellos.

Durante mi última visita a Washington, me encontré con una de las personalidades más importantes de los medios de los Estados Unidos, una que no ha escatimado sus críticas a los gobiernos de Israel en general y al ministro Benjamin Netanyahu en particular. Me pareció una persona contemplativa y comedida. La realidad en la arena árabe, me dijo, ha dado una bofetada en la cara a mucha gente. Se han puesto de manifiesto sus tendencias hacia la violencia y la crueldad en un grado del que no hemos sido testigos durante décadas.

No se puede ignorar el medio millón de muertos en Siria, agregó mi interlocutor americano, mientras se centraba en el comportamiento humillante de dos agentes de la Guardia de Fronteras israelíes en un control de carretera en Cisjordania. Y la gente no puede decir que estas cosas no están conectadas. Lo están, al menos en cuanto a su prioridad: La reprobación internacional por la ocupación de Israel en Cisjordania no es más que un intento de eludir la pesada responsabilidad por el asesinato en masa que tiene lugar en Siria.

En cuanto a Netanyahu, mi interlocutor concluyó, su visión del mundo ha ganado. La solución de "dos estados" ha sido enterrada, y todo lo que queda para Bibi es gestionar la compleja situación actual, la cual se está tratando de convertir en una solución permanente. Mi interlocutor no descarta la posibilidad de que tenga éxito, al menos a medio plazo.

Estos no son comentarios inusuales. Reflejan una profunda revisión de los argumentos de los líderes liberales de la opinión pública en los EEUU, especialmente de los judíos americanos, los más liberales de entre ellos. En silencio, en conversaciones cerradas, muchos de ellos están expresando un acuerdo con la versión oficial israelí de que "no hay nadie con quien hablar", o por lo menos dicen entender su desesperación con respecto a la dirección árabe, cualquier dirección árabe, como un socio para un acuerdo.

Ahora vemos, según nos dicen estos liberales, que los que describen a Israel como "una villa en la selva" tenían razón. Pero la selva es más peligrosa de lo que pensamos, y la villa también está más expuesta de lo que creíamos. Una expresión de este nuevo espíritu se pudo encontrar esta semana en la revista liberal judía estadounidense Tablet, sugiriendo seriamente que Netanyahu debería recibir un Premio Nobel de la Paz por su contribución a la estabilidad en el Oriente Medio.

La ocupación es mala para Israel, dijo tardíamente el primer ministro Ariel Sharon, y tenía razón. Es una pena que no siguiera ese camino hace años. Pero soy realista y veo la realidad. Los asentamientos no son el principal obstáculo para la paz, es la ideología y la política que se derivan de ellos. Y aquí, incluso a un ex optimista como yo, le resulta difícil ver en el horizonte ningún signo de cambio para mejor, no aquí y no definitivamente en la parte palestina y árabe. Mientras que el nacionalismo judío secular se está colapsando, se podría decir que el nacionalismo árabe ha sido borrado y reemplazado por fanáticos religiosos y por una violencia religiosa sin piedad. No hay manera de hablar con ellos. Los liberales judíos de los Estados Unidos también entienden que, sin embargo, no es fácil para ellos hacer frente a estas verdades.

Estoy orgulloso de la actividad y la existencia de B'Tselem. Sus militantes son valientes y dignos de aprecio y de agradecimiento: Una nación que pierde la voz de su conciencia está cometiendo suicidio. Pero entonces, ¿por qué cooperan con una iniciativa cuyo único propósito es hacer olvidar el fracaso del mundo ilustrado a la hora de hacer frente a la horrible matanza en Siria y dirigir la atención hacia nosotros? ¿De qué manera tal distracción y discusión hipócrita contribuye a un entendimiento entre las personas, a la justicia y a la reconciliación? No así desde luego. Todo lo que hace es alimentar el radicalismo.

La izquierda, que no pudo detectar el surgimiento del populismo a tiempo, está en un proceso de retirada global. Se está despegando de la realidad y la maldice desde su lugar de reclusión. B'Tselem no era así en el pasado, y espero que no lo sea en el futuro. Espero que su participación en el innecesario Consejo de Seguridad fuera sólo un error eventual.

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