Saturday, October 22, 2016

La guerra no declarada de la izquierda alemana contra Israel - Benjamin Weinthal - Weekly Standard



 El historiador Jeffrey Herf al profundizar en su nuevo libro nos enseña como la obsesión por Israel del terrorismo de extrema izquierda en Alemania no fue una táctica, sino que más bien formaba parte de una estrategia de guerra que pretendía destruir al estado judío. El estudio académico y periodístico sobre el ya desaparecido estado comunista de la Alemania Oriental y sobre los grupos radicales de izquierda de la Alemania Occidental, no había profundizado hasta ahora en su declarada guerra a Israel (y se podría argumentar que también en contra de los Estados Unidos).

"Las guerras no declaradas contra Israel: Alemania Oriental y la extrema izquierda de Alemania Occidental 1967-1989",  es el título del monumental estudio de Herf. Para entender a la República Democrática Alemana (RDA) hay que entender su radical oposición a la filosofía sobre la que se fundó el estado judío, es decir, el sionismo. "La dictadura de la Alemania Oriental era un tipo diferente de dictadura con respecto a su predecesora nazi, aún así, y aunque por diferentes razones, se convirtió en la segunda dictadura que consideró al sionismo como un enemigo", escribe Herf.

Herf disecciona en varias ocasiones la gran ironía de la vacía retórica anti-fascista de la RDA y de los radicales izquierdistas de la Alemania Occidental. Los líderes del régimen, muchos de los cuales combatieron el movimiento de Hitler, internalizaron el letal antisemitismo de los nazis, lo que les condujo inexorablemente a su deseo de desmantelar Israel. La RDA trae a la mente la famosa frase del dramaturgo Bertolt Brecht "El vientre del que salió es aún poderoso".

Herf suministra pruebas exhaustivas del aprovisionamiento militar secreto de la RDA a los enemigos de Israel en el Oriente Medio, incluyendo al belicoso régimen de Hafez al-Assad en Siria, que era un socio estratégico para la Alemania Oriental.

Tomemos el ejemplo del período 1970-1974, en el que la "Alemania Oriental entregó cerca de 580.000 armas de asalto Kalashnikov y ametralladoras a las fuerzas armadas de Egipto y Siria,  reparó y mantuvo cerca de 125 de sus aviones de combate MiG, y les entregó millones de balas, muchos miles de granadas propulsadas por cohetes antitanque, minas terrestres, y millones de cartuchos".

Herf profundizó en los archivos alemanes para obtener información sobre el terrorismo de Estado de la RDA. Su investigación de gran alcance sobre el poderoso ministro de Defensa de Alemania Oriental, el general Heinz Hoffmann, capta perfectamente la alianza del estalinismo al estilo RDA con los dictadores del Oriente Medio a principios de 1970. Hoffmann hablaba ante sus interlocutores iraquíes de "los elementos comunes de nuestra lucha contra el imperialismo y el sionismo".

Una de las muchas aportaciones novedosas de Herf es percibir el terrorismo de Estado de la RDA en su propio marco: "La definición eurocéntrica de la Alemania Oriental del contraterrorismo". Un elemento de esta definición implicaba una política de quid pro quo con respecto a las organizaciones terroristas palestinas. La RDA suministraba armas y entrenamiento sofisticado a los palestinos a cambio de que refrenaran sus ataques terroristas en Europa Occidental. En otras palabras, la RDA subcontrató en gran parte su guerra contra los judíos a los árabes del Oriente Medio.

Sin embargo, los alemanes del este, consciente o inconscientemente, permitieron a los libios bombardear La Belle, una discoteca de Berlín Occidental, en 1986, matando a tres personas, entre ellas dos soldados estadounidenses, e hiriendo a otras 229 personas, incluyendo a 79 del personal de servicio de los Estados Unidos. Un vínculo concreto entre el grupo palestino Septiembre Negro, el asesinato de 11 deportistas israelíes y una oficina de la policía alemana durante los Juegos Olímpicos de Munich en 1972, no ha podido establecerse sobre la base del material de archivo. Sin embargo, los funcionarios de la Stasi y personal de la RDA destruyeron grandes volúmenes de documentos cuando se derrumbó el muro de Berlín en 1989.

La ultraizquierdista Ulrike Meinhof de la Alemania Occidental, quizás la más famosa terrorista alemana de aquellos momentos, un miembro de la banda terrorista Baader Meinhof, se mostró eufórica por la matanza de atletas israelíes. Herf describe su ensayo en el que celebraba el asesinato de los atletas israelíes como "uno de los documentos más importantes en la historia del antisemitismo en Europa después del Holocausto". Meinhof denominó el ataque del Septiembre Negro como "antiimperialista, antifascista e internacionalista". El ataque de Munich fue, según ella, un ataque al "fascismo nazi de Israel". Meinhof y Andreas Baader todavía siguen siendo una especie de celebridades al estilo Bonnie y Clyde entre muchos sectores de la izquierda alemana de hoy.

Mientras que las armas que entregaba la RDA a los terroristas palestinos y a los estados árabes suponían una amenaza existencial para Israel, Herf no permite que el gobierno de la Alemania Occidental quede descolgado. Un tema escasamente cubierto en la historia moderna de Alemania es el abandono de Israel que protagonizó el canciller Willy Brandt durante la Guerra del Yom Kipur en 1973. Después de un ataque por sorpresa de varios ejércitos árabes, Israel estaba contra las cuerdas, buscando de manera desesperada armas y municiones. Para frustración del presidente Richard Nixon y del secretario de Estado Henry Kissinger, Willy Brandt se acorazó en su "posición de neutralidad hacia el conflicto en el Oriente Medio". La administración Nixon trataba de utilizar el puerto de Bremerhaven para entregar armas a los israelíes. Nixon dijo en ese momento: "No se debe permitir la derrota de los israelíes".

Herf demuestra de forma destacada la brecha evidente entre la retórica y la acción de la Alemania Occidental, escribiendo: "La postura de neutralidad de la Alemania Occidental... supuso en realidad adoptar una posición unilateral en favor de los países árabes, a pesar de que eran los árabes los que llevaban la responsabilidad de provocar la guerra".

La simulación y el engaño de Brandt fueron resumidas por Herf cuando "el Canciller, que se hizo mundialmente conocido arrodillándose en un acto de expiación ante el monumento a los judíos asesinados en el Ghetto de Varsovia, declaró no obstante que su país sería neutral en los días más terribles en la historia de Israel desde 1948".

La peculiar obsesión entre los grandes sectores de las élites alemanas de lamentar el asesinato en masa de los judíos durante la Shoá, les permite ignorar o minimizar las amenazas genocidas de Irán de eliminar a Israel, lo que representa una clara continuación de la política de Willy Brandt. Por ejemplo, el actual ministro de Asuntos Exteriores socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier, un partidario entusiasta del acuerdo nuclear con Irán del año pasado, calificó las críticas al acuerdo del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu como "muy exageradas".

Mientras que la extrema izquierda en Alemania Occidental no formaba parte del estado de la RDA, se benefició del patrocinio de los terroristas palestinos por la Alemania Oriental. Este año se celebró el cuadragésimo aniversario del secuestro de un avión de Air France por un equipo de terroristas alemanes y palestinos. Comandos israelíes liberaron con éxito en 1976 a casi la totalidad de los más de 100 rehenes en el aeropuerto de Entebbe. El Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) y miembros de las Células Revolucionarias de Alemania  llevaron a cabo el secuestro.

Herf describe que la separación de los pasajeros no judíos de los pasajeros judíos fue el primer proceso de selección racial realizado por alemanes desde el Holocausto. Por otra parte, "fue la primera y única vez desde el 1945 que alemanes, del Este u Oeste, apuntaron sus ametralladoras contra judíos no armados y amenazaron con matarlos". Israel eliminó a los terroristas alemanes en Entebbe durante el rescate. El libro documenta meticulosamente la violenta focalización sobre Israel y sobre las instituciones judías en Alemania Occidental y en el extranjero de la izquierda radical alemana.

Los orígenes del movimiento BDS dirigido contra Israel, el cual comenzó en 2005, se remonta aproximadamente al año 1967. Los innumerables ataques hasta la saciedad desde la RDA, la Unión Soviética y los izquierdistas de Alemania Occidental contra Israel, alegando que representaba una nueva manifestación del movimiento que Hitler, comenzó en esos momentos.

El libro está lleno de nuevas ideas sobre la letal política exterior antisemita de la RDA y la mortal psicología social de los radicales izquierdistas de la Alemania Occidental. Lamentablemente, las lecciones del libro de Herf no han penetrado en la izquierda alemana. El Partido de la Izquierda, el sucesor del Partido Socialista Unificado en la RDA, es hoy el mayor partido de la oposición en el Bundestag. El Partido de la Izquierda continúa la tradición de atacar a Israel.

El socio de la coalición gubernamental de la canciller Angela Merkel, el Partido Socialdemócrata, ha formado una "alianza estratégica" con la organización palestina Fatah, una organización que promociona el asesinato de israelíes.

Este innovador libro demanda ser leído, por hacer avanzar una comprensión más profunda del período de la Guerra Fría y de la guerra de la izquierda contra Israel. Si Alemania argumenta seriamente tratar de lidiar con su pasado, alguna editorial debería traducir rápidamente el amplio estudio de Herf.

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